Ante días de incertidumbre en la escuadra del Real Madrid por las dos derrotas consecutivas sufridas en Champions y La Liga, los merengues llegaban al Camp Nou con la responsabilidad de llevarse el triunfo y así lo hicieron.
Este fin de semana pudimos disfrutar de uno de los clásicos más esperados por aficionados de todo el mundo, el encuentro del Barcelona ante el Real Madrid en la jornada 7 de La Liga, con un marcador final de 3-1.
Ambos equipos saltaron a la cancha con el deseo y el hambre de salir victoriosos, y esto lo pudimos ver reflejado en los primeros 10 minutos, en los cuales ya el marcador había sido abierto por las escuadras.
Los conjuntos presionaron constantemente para dificultarse el juego. Sin embargo, la intensidad de los merengues fue superior en el segundo tiempo, ya que con el penalti marcado a su favor, anímicamente dejaban fuera y sin oportunidad a los culés. El gol que sentenció el partido lo pudimos apreciar en el cierre del encuentro marcado por el croata Luka Modric.
Esperemos que con esta victoria tan significativa e importante, por la dimensión que representa, sea suficiente para mantener anímicamente motivados a los blancos y puedan seguir con esta firmeza en la Champions Ligue.
Por otra parte, el equipo de Koeman no logra consolidarse, los errores que se presentan en la defensiva se han vuelto constantes, les será posible vencer las adversidades que se les presenten y la verdad esto es entendible, la crisis en la directiva la podemos ver reflejada en la cancha.
- Comunicóloga