Mejia e1633662705181 - La opinión responsable

La opinión responsable

Si la infodemia (fakenews, les llama Donald Trump) beneficia a la comunicación malintencionada, el tema del que quiero hablar hoy es de la opinión que se vierte a través de las redes sociales.

A raíz de varias publicaciones noticiosas en Facebook me he podido percatar de cómo en ocasiones hay personas que suelen emitir “su opinión” careciendo muchas veces de los valores elementales, por lo que despierta sospecha de que la intención es simplemente hacer polémica para hacerse notar o en ocasiones simplemente para tratar de imponer sus consideraciones.

El ejemplo que daré fue de un accidente que me tocó cubrir hace unos días, donde algunas personas se ponen a emitir juicios sin medir siquiera los efectos que pueden producir.

A eso me refiero específicamente con el título de “opinión responsable”, ya que no se trata de querer imponer un sistema de pensamiento específico, sino que en la libertad de opinar se haga con responsabilidad, más porque en las redes sociales son públicas y lo que ahí se vierte pasará a la posteridad.

En la transmisión del accidente referido usuarios de la red plasmaron comentarios que cuestionaban la capacidad del conductor (incluso en tono ofensivo), sin saber específicamente lo que había ocurrido y qué lo generó. Mi primer cuestionamiento fue ¿y dónde quedó la empatía ante el sufrimiento humano?, para luego preguntar qué hace creer a la gente que posee la autoridad moral para opinar de lo que sea y de una manera superficial.

A veces creo que pasa como las noticias, mañana habrá otro asunto y de nueva cuenta a opinar sin sentido.

Si la democracia nos da igualdad en tener los mismos derechos, también tenemos responsabilidad en preservarlos y socialmente garantizar los derechos de todos.

Por eso hay que tener en cuenta los antecedentes históricos, que es una revisión de cómo ha evolucionado el sistema social, lo que nos permitiría reconocer lo que hemos ganado. Uno de los pensadores de la revolución francesa fue Voltaire, quien habría dicho: “Podré no estar de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”.

Es así que el derecho a la libertad de expresión, ganado tras grandes luchas, también implica una gran responsabilidad ante los demás.

El caso de los Pumas

Precisamente viene a colación el caso del gran equipo de rugby argentino, los Pumas, donde circularon hace días varios comentarios con tinte racistas de parte del capitán del equipo y algunos jugadores, desde hace varios años. Pero dichos comentarios quedaron y pese a la disculpa, al parecer sincera del capitán, los jugadores fueron relegados, a pesar de ser seleccionados.

Aún con el paso del tiempo los comentarios fueron traídos de nuevo y están a punto de hacerles perder su carrera deportiva.

El ejemplo del ámbito deportivo se debe a la relevancia que tienen los deportistas en la vida social.

Aunque tal parece que se trataba sólo de “bromas”, las implicaciones que tienen los supuestos chistes racistas tienen un trasfondo muy grande.

El ámbito privado es otra cosa. Los asuntos que nos ocupan son del ámbito público.

Y sí es momento de revisar lo que se ha hecho mal. Otro ejemplo es cuando a una persona se le señala como inválida, cuando ahora se están buscando términos adecuados.

Pero no todo está mal, hay historias interesantes en las redes sociales, todo depende precisamente a quienes se tenga en dichas redes, a quien sigan o tienen amistad (virtual).

La cuestión es que debemos revisar las limitantes y el impacto que tiene el opinar desde el espacio cómodo del supuesto anonimato, por ello es importante señalar que uno no sabe que pueda pasar mañana, y todo lo que se publique podrá ser usado en nuestra contra.

  • Periodista en el noreste de Guanajuato