La “Unión de Alcaldes de la Ciudad de México” (UNA-CDMX), opositora al gobierno que encabeza la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, inició su gestión de tres años este primero de octubre sin presupuesto y sin poder político, ya que el triunfo electoral con el que llegaron a esta posición mantiene enojados a la funcionaria y al presidente por haber evidenciaado que el partido MORENA carece de representatividad en más de la mitad de las 16 alcaldías de la capital mexicana.
Nada fácil la tendrá el bloque de alcaldes opositores al partido de la 4T del que quiere ser candidata presidencial la jefa Sheinbaum. Todos ellos llegan sin nada de nada, pero en los próximos tres años pueden volver a dar dolor de cabeza al primer mandatario y a la incondicional del jefe del ejecutivo, porque a pesar de carecer de poder y fortuna, son capaces de impedir que la consentida de Palacio Nacional llegue a ser la abanderada de MORENA en 2024.
Será una lucha de poderes, una etapa de enfrentamientos, sin acuerdos en los que la titular del Gobierno de la CDMX puede perder más que “El Grupo de los nueve”, a cuyos integrantes buscarán bloquear su mandato cuantas veces sea necesario para que en 2024, los más de 9.3 millones de capitalinos no vuelan a votar por los partidos de oposición PAN, PRI y PRD y dejen la cancha libre a MORENA, estrategia que difícilmente permitirán los nuevos alcaldes opositores.
La moneda está en el aíre, a partir de ahora veremos quién es quién en su estilo y habilidad para gobernar, por lo pronto desde el Congreso local de Donceles rindieron protesta: Sandra Cuevas, alcaldesa de Cuauhtémoc; Mauricio Tabe, Miguel Hidalgo; Giovani Gutiérrez, Coyoacán; Luis Gerardo Quijano, Magdalena Contreras; Margarita Saldaña, Azcapotzalco; Lía Limón, Álvaro Obregón; Alfa González, Tlalpan; y los reelectos Santiago Taboada, en Benito Juárez y Adrián Rubalcava en Cuajimalpa.
Este periodo de tres años de mandato en la capital del país será un periodo sucio, condicionando aspectos económicos, sociales y políticos principalmente. Se verán amarres por debajo de la mesa, agresiones, maltratos, amenazas y lo peor, un juego entre la vida y la muerte, ya que para ello se teme que el gobierno central haga uso de grupos de choque capaces de enfrentar a diestra y siniestra sin compasión ni miramientos.
Se acabaron los gobiernos tersos, de acuerdos, de convenios consensados, “de compas” para que todo marche bien. No, ya no habrá ese tipo de gobiernos a modo, manipulados, falsos. Ahora lo que viene es la verdadera lucha por el poder. Desafortunadamente el grupo de alcaldes afiliados a la UNA-CDMC, llega indefenso, inocente, sin experiencia, pero sí con toda la decisión de cumplir sus promesas de campaña, de velar por el interés de los ciudadanos y de triunfar en su encargo.
La intromisión del presidente Andrés Manuel López Obrador en asuntos del gobierno de la Ciudad de México, es ya un nuevo ingrediente para dos objetivos a su conveniencia: Seguir en campaña en cada una de las 16 alcaldías capitalinas, para que los ciudadanos tengan siempre presente el nombre del mandatario y no solo en la mente sino en sus corazones, en sus conciencias y en el alma, pues ya lo dijo quiere ser un Prócer de la Patria y de la Señora Sheinbaum también.
El otro objetivo, es seguir manipulando la conciencia y decisión de los vecinos de las 16 alcaldías, ya que se propone hacer giras de trabajo por lo menos dos veces cada 30 días. Por algo mandó a Martí Batres, secretario de Gobierno, para que le prepare el terreno y no pase lo que está sucediendo en provincia, que hasta los militantes de morena le cierran el paso, bloquen sus conferencias y lo insultan a su paso en recorridos por provincia.
Gobernar ahora un poco más en colonias de barrio es la tarea de AMLO, pues tiene muy presente que los “Chilangos” se la pueden volver aplicar y eso no lo va a permitir una segunda vez.
Por ello ahora trae de la mano a la jefa de gobierno en las primeras giras de trabajo por algunas demarcaciones como Iztapalapa, ex bastión perredista, a pesar de que muchos no olvidan que a Rafael Acosta Ángeles “Juanito”, AMLO le arrebató el triunfo para entregárselo a Clara Brugada, quien ha gobernador Iztapalapa durante tres periodos: uno como delegada y dos como alcaldesa.
A las nueve alcaldías de la (UNA-CDMX) llegaron los nuevos funcionarios para dar la pelea con los aliados de MORENA y aunque desde ahora se percibe una pelea interminable con muchos disimulos de concordia, acuerdo y colaboración, lo verdaderamente cierto es que en esta nueva etapa de la capital mexicana, los únicos que pagarán los platos rotos serán los ciudadanos.
A los ciudadanos o votantes como se les denomina en temporadas electorales, será a quienes menos importen porque en esta arena política quienes sí valen mucho son funcionario y los candidatos o candidatas y no el vecino de a píe. De ellos ya se encarga el presidente de la República otorgando dádivas miserables para callarles la boca y mantenerlos incondicionales a la hora de explotar su sufragio.
Así es como hoy la Ciudad de México ha transformado su mapa político. Unos de color marrón, otros azules, amarillos y tricolores. Todos absolutamente todos utilizarán esta nueva conformación política para satisfacer sus anhelos, pero que quede claro, no para satisfacer las necesidades de quienes los llevaron al poder. En épocas como las de ahora, cada quien trabaja para su Santo.