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Don “Mode”, el veterinario del pueblo

Don Modesto Martínez Olvera, mejor conocido como “Mode”, nació un 20 de Junio de 1927, en la Comunidad de La Venta, municipio de San José Iturbide, Gto., Modesto era el mayor de seis hermanos: Clemencia, Fidel, Oliva, Isidro y Lazara, prácticamente todos estudiaron algún oficio o carrera profesional.

Cuando él tenía apenas diez años la familia Martínez Olvera se muda a la cabecera municipal, en la búsqueda de mejores condiciones de vida, su domicilio permanente a partir de entonces fue en la calle Agustín de Iturbide en el número uno.

Ya en la cabecera municipal pudo realizar sus estudios básicos y posteriormente certifico como: “Práctico Agrícola” en 1947 y al año siguiente, a tres de haber terminado la Segunda Guerra Mundial, Don “Mode” a la edad de 21 años, se certifica nuevamente pero ahora como Especialista en Avicultura y Apicultura, en la Escuela Practica de Agricultura de Roque, en el municipio de Celaya, Gto., siendo el Secretario de Educación Pública el Lic. Manuel Gual Vidal, cuando era Presidente de la República Mexicana el Lic. Miguel Alemán Valdés.

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El gusto por su trabajo le daba la oportunidad de conocer a muchas personas, y en la mayoría de las ocasiones le gustaba ayudar en la medida de sus posibilidades, la vida prácticamente rural del San José donde desarrollo su actividad Don “Mode”, lo llevó a recorrer a lo largo y ancho el municipio, en pago de su trabajo (cuando había), lo recibía en económico, pero en su mayoría de veces también le pagaban en especie, principalmente en las rancherías o en las zonas que por su situación económica no podía sufragar el costo de sus servicios.

En el San José de mediados de los sesenta, los oficios como la herrería, la carpintería, la costura, la de remiendo de zapatos, corte de pelo, arreglo de bicicletas, por obvias razones, eran pocas las personas que desarrollaban estas actividades, pero la asistencia médica a los animales era mucho menor, así que aquí es cuando la figura de Don “Mode”, resalta por su labor de veterinario, prácticamente era el único que realizaba esa función, y se multiplicaba aplicando vacunas, poniendo calcio o castrando, siempre se le veía caminando acompañado de su maletín donde transportaba su instrumental, que le era útil para todo tipo de ganado vacuno, caballar, asnal, ovino, caprino, porcino, canino, gatuno o avícola. Para muchas familias, Don “Mode” representaba prácticamente salvador de su patrimonio.

Muchas veces he platicado con Luis su sobrino y en la forma de expresarse denota el orgullo que siente al nombrar a su tío, porque además de haber sido un familiar cercano y muy apreciado por él, lo reconoce como un ejemplo a seguir, está por demás mencionar que cuando te topas con este tipo de historias de vida, como es el caso de Don “Mode”, siempre resaltan palabras como: responsabilidad, honestidad, esfuerzo, entrega, solidaridad y empatía, palabras que se convierten a su vez en valores, mismos que hacen la diferencia entre las personas que dejan huella y las que simple y llanamente pasan por esta vida opacos y desapercibidos.

Mi interlocutor sabe que Don “Mode” es una de esas personas que dejaron huella, que su esfuerzo le permitió quedar en el recuerdo colectivo, porque desde su espacio, momento y circunstancia, forjó una parte de la historia del San José Iturbide que hoy vivimos, por eso escribir un poco de su vida es importante para la memoria social, ya que hoy en día nos encontramos en la triste posibilidad de que lo moderno o actual nos haga perder la huella de lo andado y, por lo mismo, extraviar el rumbo que nos debe conducir hacia el destino donde queremos llegar con bien como sociedad.

¡Que nunca falten hilos como estos, para seguir tejiendo nuestra propia historia!