erick e1633671022572 - Sobreviviente de Nagasaki

Sobreviviente de Nagasaki

Antes de adentrarnos en el testimonio del señor Yasuaki Yamashita, sobreviviente de la bomba atómica, quiero agradecer la honrosa invitación que me hicieron llegar hace unos días para poder escribir en este espacio, lugar en el que plasman sus ideas en cada edición amigos cercanos y colegas de este medio.

Hace unos días, aprovechando las innumerables ventajas que nos ofrece la tecnología actual, llevamos una charla por medio de videollamada, su servidor y el señor Yasuaki Yamashita Takeno, sobreviviente de la bomba atómica de Nagasaki, Japón, ocurrida el 9 de agosto de 1945. He de confesar que llevaba un buen rato -casi un año- tratando de conseguir platicar con él, pero debido a su edad y a la incesante pandemia no se había logrado.

En la entrevista nos cuenta fielmente un testimonio de primera mano de un suceso catastrófico que marcó un nuevo rumbo en el mundo, en ese entonces, el señor Yamashita tenía tan solo 6 años de edad, pero de acuerdo a la forma en la que expresa sus palabras, pareciera una anécdota fresca y no añeja de 76 años de historia.

Imagen1 1 1024x501 - Sobreviviente de Nagasaki

Por lo menos para los que nos tocó pasar la infancia en occidente, muchas veces quisimos ser un astronauta o un bombero cuando grandes, sin embargo para Yasuaki Yamashita y sus amigos, el ejemplo más cercano a la superación era ser un soldado japonés, aunque eso significara dejar la vida de por medio. También él nos platica que entre sus memorias de la niñez, era ir cada mañana con sus amigos a la montaña a cazar luciérnagas y otros insectos, sin duda alguna una actividad habitual, la cual era combinada con imitar a los soldados de guerra.

La mañana del 6 de agosto de 1945, el gobierno de Estados Unidos encabezado por Harry Truman, lanzó la primera bomba atómica sobre Hiroshima, dejando sin vida a 140 mil personas aproximadamente, sin contar a las múltiples víctimas de la radiación. Esta noticia llegó de inmediato a Nagasaki, en donde algunas personas empezaron a sentir una especie de pánico colectivo al no tener información certera y sin garantía alguna de seguridad. Sin embargo, la tragedia llegó tres días después, convirtiéndose en la segunda ciudad en ser víctima de esta catástrofe de dimensiones mayúsculas, dejando 74 mil muertos.

El 9 de agosto, Yasuaki no fue como todos los días a la montaña con sus amigos, ya que su madre por alguna razón le pidió que la acompañara a hacer algún encargo. De acuerdo a las palabras de Yamashita Takeno, nos cuenta que desde temprano en la radio local empezaron a decir que había aviones sobrevolando la zona, sin lugar a dudas era un suceso raro, pero tras lo ocurrido en Hiroshima entraron en pánico y cuenta que su mamá lo llevó con ella a un refugio que las casas en el Japón suelen o solían tener en el sótano.

Yamashita Takeno cuenta que inmediatamente después de correr al refugio, se escucho un estruendo muy fuerte, posteriormente, muchas luces de colores como nunca se habían visto y con eso se dieron cuenta que vino la tragedia. Después de sentirse a salvo, encontraron muy cerca del lugar a su hermana, quien tenía una herida muy fuerte en la cabeza, afortunadamente la pudieron atender. De sus amigos con los que iba a diario a la montaña no supo nunca más nada.

Imagen2 1024x457 - Sobreviviente de Nagasaki

Según nos narra también, durante esos días, la población vivió una escasez de alimentos, por lo que a su madre no le quedó otra alternativa que tomar a su familia y  cruzar caminando el epicentro de Nagasaki rumbo al campo con unos familiares que eran agricultores, con la falsa esperanza de poder encontrar algo que poderse llevar a la boca. En el tránsito por el lugar de la tragedia, pudieron ver de primera mano todo lo ocurrido y comenta que fue como estar en el infierno en vida, ya que las imágenes eran grotescas, casi indescriptibles, porque las personas caminaban sin rumbo fijo entre las llamaradas.

Sin embargo la historia no terminó ahí, ya que después vinieron las víctimas por radiación, aquellos que no murieron durante la explosión, sí lo hicieron en meses y años consecuentes por diversas enfermedades derivadas de esta situación. Hubo quienes aparentemente no tenían padecimiento alguno, pero sí lograron transmitirlo a generaciones siguientes. El señor Yamashita por causas del destino entró a trabajar como voluntario en un hospital, en donde se dió cuenta que podría ser portador de alguna enfermedad para sus hijos, por lo tanto decidió nunca casarse con nadie, ni procrear.

Finalmente, gracias al destino, Yasuaki Yamashita Takeno llegó a México para trabajar como voluntario en las Olimpiadas de 1968, país que lo enamoró y ya nunca más lo dejó, afirmando que México es su casa, actualmente teniendo como residencia de retiro la multicultural ciudad de San Miguel de Allende, Guanajuato.

Estimado lector, si estas líneas fueron de su interés, lo invito amablemente a que escuche esta entrevista completa en la plataforma de Spotify, en la siguiente liga:

https://cutt.ly/gEXGZ7f